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Apéndice 2 – El Evangelio para las Cristianas que se Cubren la Cabeza

No hay nada más importante que asegurarnos que entendemos el evangelio apropiadamente. Creer y actuar sobre este mensaje es lo que nos salva, pero distorsionar o rehusarse a prestar atención conlleva maldición (Gálatas 1:8). Es posible que tú creas en los roles apropiados de los hombres y mujeres, practiques la modestia, lleves una cubierta en la cabeza, y que, a pesar de esto, termines en el infierno. ¿Por qué? Porque no somo justificados 1) La justificación es una proclamación legal de que somos declarados “justos”.  por lo que hacemos (Efesios 2:8-9).

Ahora, me gustaría compartirte las mejores noticias en el mundo.

Dios

Dios es el Creador de todas las cosas visibles e invisibles. Él es eterno, perfecto y no le falta nada. Él es un solo Dios en naturaleza (Santiago 2:19), pero en tres personas (Mateo 28:19). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, cada uno es una persona distinta, pero no son tres Dioses. 2) Esta enseñanza es llamada “La Trinidad”. Mientras que la palabra no es usada en la Biblia, el concepto se enseña a lo largo de ella. Para más información, por favor, lea The Forgotten Trinity (La Trinidad Olvidada) por James White (Bethany House Publishers, 1998).  Él se ha revelado a Sí mismo de forma única a nosotros en la Biblia, y es por esta causa que Le podemos conocer.

Creación

Dios creó a los primeros humanos, Adán y Eva, y ellos estaban en una relación perfecta con Él. No había pecado, muerte, enfermedad, ni sufrimiento en el universo. Este era el mundo que Dios hizo.

La Caída

Dios dio a Adán y Eva libertad total con solo una prohibición, ellos no debían comer del fruto del “árbol del conocimiento del bien y del mal” (Génesis 2:17). Las consecuencias por desobedecer a Dios fueron la muerte espiritual y física. Adán, que era la cabeza de la raza humana, se rebeló contra Dios al comer del fruto prohibido. Ellos fueron expulsados rápidamente de la presencia de Dios en el Huerto del Edén (muerte espiritual) y se les negó el acceso al Árbol de la Vida, el cual les habría permitido vivir para siempre (muerte física). Porque Adán representaba a toda la raza humana, cargamos con las consecuencias de su decisión (Romanos 5:12), su elección fue la nuestra también. Desde ese momento y continuando hasta el día de hoy, todos nacemos en pecado (Salmos 58:3). Eso significa que nacemos separados de Dios (Romanos 5:10), y nuestra inclinación hacia el mal y la rebelión (Romanos 3:10-18). Nuestro estado es irremediable y no podemos hacer nada para ser limpios delante de Dios.

La Ley

Dios reveló su Ley santa, la cual fue obedecida al pie de la letra bajo el Antiguo Pacto. 3) El pacto que Dios estableció entre Él y los israelitas.  Sin embargo, Él aclaró posteriormente que el verdadero propósito de la Ley no era hacernos limpios delante de Dios, sino mostrarnos nuestra pecaminosidad (Romanos 7:6-7). La Ley actúa como un espejo, así, cuando la miremos veamos que nos quedamos cortos ante su estándar. Hazte una auto examinación rápida de los Diez Mandamientos. ¿Alguna vez has robado algo (sin importar su valor)? ¿alguna vez has dado falso testimonio (mentir)? ¿alguna vez has usado el nombre de Dios en vano (usado de forma inapropiada)? ¿alguna vez has deshonrado a tus padres? Estos mandamientos pueden parecer poca cosa, pero son muy importantes para Dios.

¿Qué hay del mandamiento más importante de todos? ¿has amado siempre a Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas? Dios también ha revelado que Él no solo juzga nuestras acciones, sino nuestras intenciones también. Él juzgará a aquellos que miran con lujuria como si hubieran cometido adulterio (Mateo 5:28), Él juzgará a aquellos que odian como si hubieran asesinado (1 Juan 3:15). Hay pecados del corazón, como la codicia, el egoísmo, la envidia, el rencor y el orgullo. También hay pecados de omisión, si sabemos lo que es bueno y no lo hacemos se nos cuenta por pecado (Santiago 4:17). Entre más observamos la Ley de Dios, más condenados nos debemos de ver a nosotros mismos. Vamos a rendir cuentas a Dios por cada palabra, pensamiento, y acción en el Día del Juicio (Apocalipsis 20:12). El castigo para todos aquellos que han pecado es una eternidad en un lugar llamado infierno. En este lugar habrá llanto y crujir de dientes (Mateo 13:41-42).

El Rescate

Antes de que el mundo fuera formado, Dios ya tenía un plan para salvarnos (Efesios 1:4). Alrededor de dos mil años atrás, el clímax de este plan fue revelado en la persona de Jesús de Nazaret. Él era plenamente Dios, habiendo existido con el Padre y el Espíritu Santo (Juan 17:5). Sin embargo, en ese momento Dios entró en Su propia creación y tomó sobre Sí carne humana. Él nació en este mundo mediante una virgen y se volvió verdaderamente un humano. Él nunca dejó de ser Dios, sino que eligió no usar voluntariamente algunos de sus atributos divinos durante el tiempo de su vida terrenal (Filipenses 2:5-7). Él confiaba completamente en el Espíritu Santo para todo. Jesús fue el segundo Adán, la Cabeza de un nuevo pueblo. A diferencia del primero, Jesús obedeció los mandatos de Dios a la perfección y vivió la vida libre de pecado que ninguno de nosotros podría vivir. Jesús vino aquí en una misión para asegurar nuestra redención y para cumplirla Él también tenía que morir. A pesar de ser completamente inocente, se le traicionó, se burlaron de él, se le torturó y se le ejecutó de la forma más horrenda.

Lo peor de todo aún estaba por venir, cada pecado que alguna vez hayamos cometido (pasado y futuro) ha almacenado ira para con nosotros (Romanos 2:5). Mientras Él colgaba de la cruz, el Padre derramó toda su ira que estaba destinada para ti y para mí sobre Él (2 Corintios 5:21). Jesús voluntariamente tomó la ira sobre Sí mismo para que nosotros no tengamos que ser condenados. Este fue el acto de amor más grande jamás demostrado.

Resurrección

Al tercer día de Su muerte, Jesús fue levantado de entre los muertos y se apareció a más de quinientos testigos (1 Corintios 15:6). Después, Él ascendió al cielo y se sentó a la diestra de Dios, donde Él gobierna sobre la tierra como Rey. Él regresará un día para juzgar a los vivos y los muertos (1 Pedro 4:5).

Adopción

Dios ofrece perdón completo de todo pecado como un regalo gratuito a cualquier persona en el mundo. Esto es independiente de cualquier obra o acción que hayamos hecho (Gálatas 2:16). Tú puedes recibir su perdón hoy, al poner tu fe y confianza solo en Jesús para que te salve. Esto significa que crees el mensaje del evangelio y ya no dependes de nada o nadie aparte de Jesús para salvarte. Dios promete que aquellos que confían en Él, recibirán un segundo nacimiento (1 Pedro 1:23). Ahora tú has nacido en una nueva raza de personas cuya cabeza ya no es el primer Adán, sino el segundo (Jesús). Su muerte cancela la deuda que le debíamos a Dios por nuestro pecado, y Su obediencia perfecta se acredita a nuestra cuenta para que podamos ser vistos como justos ante el Padre. Ahora somos adoptados dentro de la familia de Dios. Un verdadero milagro ha sucedido en tu vida, en el cual el Espíritu Santo viene para morar dentro de ti y te da un corazón nuevo con nuevos deseos (Ezequiel 11:19-20). Empezarás a amar las cosas que Él ama (la justicia) y odiarás lo que Él odia (el pecado). Tu fe será comprobada como genuina por el fruto que produzcas (Mateo 7:16-20) y por tu anhelo de obedecer Sus mandatos (Juan 14:15). Aquellos quienes Le siguen, tienen que ser bautizados y apartarse de sus pecados (Hechos 2:38).

Nueva creación

Aquellos quienes confían en Cristo ahora esperan ansiosamente (en vez de temer) el regreso del Rey Jesús. Él va a regresar y nos ha dicho que Él hará todas las cosas nuevas. El mundo será restaurado a la condición que tenía antes de La Caída, y no habrá más dolor, enfermedad ni muerte (Apocalipsis 21:4). Dios mismo morará entre nosotros, y podremos ver Su rostro. Viviremos junto con Él y con todos los demás creyentes para siempre. Hasta que Él regrese, buscamos conocerle mejor y hacerle bien conocido. La gloria de Dios es nuestra pasión. El resto de la historia ha sido escrita para nosotros en la Palabra de Dios, la Biblia. 4) Yo recomiendo empezar en el Nuevo Testamento con el Libro de Mateo y luego leer hasta el final de este, terminando con el libro de Apocalipsis. Para un excelente entendimiento general de la Biblia, véase “The Hope” (La Esperanza) en www.thehopeproject.com.  Yo espero realmente que creas este mensaje, si lo crees, entonces tenemos unidad y tú eres mi hermano o hermana. ¡Amén!

References

1.
 La justificación es una proclamación legal de que somos declarados “justos”.
2.
 Esta enseñanza es llamada “La Trinidad”. Mientras que la palabra no es usada en la Biblia, el concepto se enseña a lo largo de ella. Para más información, por favor, lea The Forgotten Trinity (La Trinidad Olvidada) por James White (Bethany House Publishers, 1998).
3.
 El pacto que Dios estableció entre Él y los israelitas.
4.
 Yo recomiendo empezar en el Nuevo Testamento con el Libro de Mateo y luego leer hasta el final de este, terminando con el libro de Apocalipsis. Para un excelente entendimiento general de la Biblia, véase “The Hope” (La Esperanza) en www.thehopeproject.com.

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